Como cada mes de octubre, llega el momento de cambiar al horario de invierno. El domingo veinticinco, a las tres de la madrugada, retrasaremos el reloj y serán las dos. La verdad es que no conocemos a nadie que lo haga a esa hora, así que podéis hacerlo antes de acostaros o durante todo el domingo, siempre que estéis listos para levantaros el lunes a la hora correcta.
Todos hemos escuchado que éstos cambios horarios se realizan para ahorrar energía, el primero en sugerir este cambio fue Benjamin Franklin, pero durante la historia ha habido infinidad de teorías, estudios y modificaciones. En España la última normativa es de 2007, donde se acuerda realizar los cambios el último fin de semana de marzo y el último fin de semana de octubre. Así que este año sucederá el próximo domingo. Sin entrar en polémicas sobre si realmente se consigue un ahorro o no de energía, vamos a ver si este cambio nos afecta a la salud.
El cambio al horario de invierno es menos duro que cuando cambiamos al horario de verano. Ocurre como cuando viajamos, el jet lag es más complicado cuando viajamos de oeste al este. Ya que si lo hacemos al revés, ganamos tiempo y el organismo sufre menos.
Los expertos en salud nos informan que la mayoría de las consecuencias del cambio de horario en la salud son de carácter transitorio, así que en pocos días reajustaremos nuestros ritmos biológicos. Nuestro cerebro se adapta poco a poco a los cambios de luz que se suceden durante el año, a través de la melatonina y el cortisol. Ese cambio de luz, puede dar lugar a alteraciones del sueño, mayor cansancio físico o irritabilidad, y pueden ser más acusados en niños y pesonas mayores, ya que sus cerebros son más sensibles a estos cambios de luz. Para que este cambio nos afecte de manera significativa, tendríamos que tener alguna patología previa. Por ejemplo se ven más afectados por este cambio las personas que sufren depresión, y por el cambio primaveral, las personas que padecen ansiedad. Si se padece insomnio o problemas para conciliar el sueño, pueden agravarse estos problemas para dormir. Aunque si los síntomas perduran, es posible que no se deban al cambio de hora, sino que éste sea el detonante de un trastorno de ansiedad o del sueño que ya existía previamente.
Las personas sanas, también pueden sufrir algunos problemillas con estos cambios, por ejemplo:
– Problemas de sueño. Los cambios de horarios en general, suelen influir de forma negativa en el sueño así que descansamos peor, con la consecuencia de que podemos sentirnos más irritados y de mal humor.
– Menor rendimiento físico e intelectual. Podemos sentirnos más cansados, teniendo menos ganas de realizar nuestras tareas cotidianas y mayor dificultad para concentrarnos.
– Cambios en el estado de ánimo. Podemos estar de mal humor, irritables… Pudiendo encontrarnos depresivos y/o con ansiedad.
Si somos propensos a padecer estas molestias o queremos evitarlas, podemos seguir algunos consejos.
– Adaptarse al cambio de forma progresiva. Una semana antes podemos ir adelantando o atrasando algunas actividades, según el horario que vayamos a adoptar, como la comida y el sueño. Con diez o quince minutos diarios será suficiente.
– Realizar ejercicio físico suave. Así aumentarán la concentración de serotonina y otros neurotransmisores en el cerebro, que nos ayudarán a regular el reloj interno. Además nos ayudará a disfrutar de un buen estado de ánimo y a que nuestra salud no se resienta tras el cambio de estación.
– Mantener buenos hábitos de sueño durante todo el año. Si nuestros horarios son regulares, nos será más fácil afrontar el cambio.
– Comidas. Evitar la ingesta de cafeína, alcohol y comidas muy copiosas.
– Tomar el sol. Durante los días posteriores al cambio horario, puede ayudar a sincronizarnos el tomar el sol un rato.
– Mantener un estilo de vida saludable. Por último, si seguimos una dieta equilibrada y mantenemos una alimentación sana y saludable, bebiendo mucha agua y apostando por los alimentos frescos y naturales, nuestro organismo sufrirá menos con estos cambios.
Lo único que nos queda por recomendaros desde Ortopedia Mimas es que, aunque os encontréis un poco bajos de ánimos, no debéis automedicaros y recordaros que siguiendo los consejos que os hemos dado, en pocos días nuestro cuerpo se acostumbrará al nuevo horario.