Nuevos modelos educativos para nuevas infancias
Los nuevos modelos educativos deben favorecer el desarrollo de las capacidades que permitan al individuo hacerse responsable de su propio aprendizaje, es decir, desarrollar un espíritu crítico haciéndose sus propias preguntas sobre la realidad, buscar la información necesaria para ese análisis, planificar estrategias adecuadas para cada situación que deba resolver y organizar la información obtenida, etc. Esto implica que “la finalidad última de la intervención pedagógica es desarrollar la capacidad de realizar aprendizajes significativos por sí solo en una amplia gama de situaciones y circunstancias (aprender a aprender)” (Coll,1993). Por ello, de acuerdo con este autor, el docente debe ser un guía y mediador en el aprendizaje, posibilitando situaciones educativas y facilitando materiales y recursos que permitan satisfacer las motivaciones propias del alumno.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están produciendo cambios a todos los niveles, no solo en nuestras relaciones sociales, en nuestra forma de trabajar o disfrutar de nuestro ocio, sino también en la educación de los niños y las niñas. A su vez, las TIC nos ofrecen algunas herramientas que facilitan la creación de espacios y centros educativos con vocación de ser inclusivos. Independientemente de la condición de alumno con discapacidad o sin ella, las TIC nos ofrecen recursos que permiten al docente crear ambientes educativos más motivadores y adaptados a las necesidades e intereses de los alumnos. Actualmente, en muchos colegios, se utilizan pizarras digitales en clases o se realizan talleres de informática o robótica y existen plataformas educativas que permiten involucrar en el proceso de aprendizaje a maestros, padres, madres y alumnos. Los menores utilizan internet como herramienta de aprendizaje, búsqueda e intercambio de información, en sus relaciones sociales…
Por todo ello, los alumnos con discapacidad pueden disfrutar de más oportunidades y una educación de mayor calidad, siempre y cuando tengan acceso al uso de estas tecnologías. En ocasiones, surge la necesidad de la utilización de productos de apoyo. Los productos de apoyo ya sean dispositivos, herramientas o software pretenden facilitar la participación haciendo posible alguna acción que sin estos productos no sería posible, o entrenando con ellos para desarrollar capacidades. Es decir, permite al individuo trabajar en pro de su autonomía lo que le permitirá, no solo ser partícipe de su aprendizaje, sino acercarle al verdadero sentido de la educación, favorecer que los ciudadanos sean felices, capaces de decidir sobre su futuro, comunicar sus sentimientos, participar en las relaciones sociales, trabajar, adquirir contenidos nuevos…
Para ello, el alumno con discapacidad necesita romper en la medida de lo posible las relaciones de dependencia a las que está siendo sometido. La escuela debe trabajar para el desarrollo de la autonomía de todos los alumnos y, para ello, los productos de apoyo son una pieza fundamental para posibilitar esa independencia y provocar la igualdad de oportunidades de los alumnos con discapacidad con respecto al resto de sus compañeros en los centros educativos.
El sistema educativo no puede permitir no incorporar tanto la innovación educativa como los productos de apoyo ya que estos significan que Marcos, como alumno con discapacidad, participe en la asamblea con su grupo de infantil utilizando un comunicador dinámico y está empezando a escribir.
Asimismo, Sagrario de 4 años con parálisis cerebral sabe escribir antes que muchos niños de su edad gracias a un teclado con cobertor. Que David trabaje en la pizarra digital con sus compañeros es posible gracias a un dispositivo adherido al joystick de su silla de ruedas. Que Claudia escribiera hoy en una red social felicitando a un compañero del instituto… es una realidad que afortunadamente es hoy posible gracias a la tecnología y a los productos de apoyo.
